viernes, 8 de octubre de 2010

HOLBOX- Bestias Plateadas

Por Mariano Vaquero


Isla de Holbox es una pequeña isla  caribeña  ubicada en el Golfo de México, kilómetros al Norte de Cancún. Famosa por tener el tiburón ballena al que miles de turistas van a ver (y alternativa para la familia no pescadora) y para los mosqueros por la posibilidad de lograr un Big-Tarpon. En la isla no hay vehículos, se mueven en carritos de Golf. No hay Bancos, ni edificios. Es sólo un pequeño pobladío de lugareños y varios hotelitos en las playas. Se dedican al turismo y algo de pesca comercial.

Mi intención era pescar -al menos pinchar- una de esas bestias plateadas que son los Big Tarpon.  Quería sentir esa adrenalina, esa potencia, esa fuerza. Pelear de igual a igual un pescado que casi pesa y mide como uno. Seguirlo por el mar: “cazarlo” más que pescarlo. Ese pez que no necesita balanza porque ya es enorme y casi no se lo puede alzar si no es de a dos. Ese pez que no hay que acercarlo al lente de la cámara para agrandarlo en la foto. Ese pez que no hay que “dejarlo” correr porque él solito te arranca la caña, la línea, el reel y hasta te puede voltear. Ese pez que puede sacarte en una sola corrida más de 100 metros de línea pese a que el freno del carrete Nº12 está ajustado a full. Ese pez que es pura potencia descontrolada y que, por sobretodo, tiene fuerza en serio, cuesta encontrarlo, cuesta clavarlo y más aún sacarlo. Ese pez era el Big Tarpon.  
Holbox Flamenco
Se navega hasta puntos que ya tienen  marcados (GPS) por donde pueden andar los cardúmenes.  Una vez detectado uno se lo sigue con la lancha; se lo trata de rodear y “adivinar” en qué dirección van para ponerse a tiro frente a ellos. A veces se los ve rolar una vez en día, a veces 10, o a veces ninguna (y aquí casi nula posibilidad de pesca, casi no hacen pesca “a ciegas”). Cuando se los cruza con la lancha y se los ve venir (rolando) y están a distancia de tiro (15/20 mts) se lanza casi encima de ellos. Se deja hundir un poco la mosca y hay que comenzar a stripear.  Luego a esperar el pique. ¡Y listo...! ¿Parece cosa fácil, no?.  ¡Nada de eso!.  Es lo más complicado que vi!. . Todos –botes y cardumen- vamos andando en la misma dirección. Luego el guía “adivina” por dónde se supone que ellos vendrán pasando y se los “encierra” con el bote, como cruzándolos enfrente, a unos 100/150metros de donde ellos vienen “rolando”. Allí se apaga el motor y el Angler se sube a la punta del bote, a la plataforma de casteo.    El cardumen pasa sólo unos segundos por delante de ti. Tenés un tiro  a lo sumo con suerte dos. Si allí no toma “perdiste” tu chance, que puede ser la única del día.

Big Boy
Algo curioso que no sabía de estos animales y que lo hacen aguas profundas.  Cada 15/20 minutos de pelea, sube a la superficie, deja ver su lomo, asoma su bocota por encima justo de la superficie y toma una bocanada de aire. Luego de ello vuelve al fondo o corre y la pelea dura 15 minutos más. Esto sucedía unas 3 a 5 veces durante las batallas.
Me explicaban que así se oxigenan y vuelven a tomar fuerzas (juro que es así).
No sólo al final, sino que durante la pelea (que va de 1 a 2 horas) uno queda exhausto, agotado. En momentos uno tiene ganas de tirar la toalla, de cortar el nilón y terminar; pero quiere ese pescadote y sigue.
Subí 3 al bote. El primero me demandó una hora de reloj.  Peso estimado por el guía de 80/90 Lbs. (para mi pesaba era enorme). Juro que lo quería sacar antes (era mi primer Big) pero no podía. Saltó unas veces, corrió como loco. Me dejó la sensación de esas cosas extraordinarias que nos suceden por primera vez en la vida. ¡Inolvidable!. Al terminar de pescarlo juro que no quería saber más nada. Ya estaba realizado y por sobretodo agotado emocional y físicamente. Tanto miedo con esto y aquello de que se escapan, tanto temor a cortar, a todo, que lograrlo me puso en marcha para los otros días. 
 El segundo lo clavé un día que amenazaba tormenta.  Debíamos regresar a poco de haber salido. En el camino de vuelta –sin haber visto nada hasta entonces- vimos un grupo “rolando”.   Pese a que se avecinaba tormenta decidimos seguirlos. Lo hicimos y luego de alguna millas de corretearlos nos posicionamos. Pasaron los animales por enfrente. Yo tiro, stripeo y siento la tomada. Clavo, la pelea se extendió por 1 hora 40 minutos. Era bien grandote. El más grande que capturaría, el guía le calculó 120/130 lbs. 

El tercero fue similar al primero. Lo graciosos de éste es que cuando lo clavé no corrió mas de 50 mts. Pero cuando lo estaba por terminar de “pescar” pegó una corrida de 150 yds (no saltó allí lejos por suerte) y eso que íbamos mas de una hora de pelea. Demoré al final más de 1h 30 m para sacarlo. Estimado en 90/100 lbs.

Un gigante bajo las sardinas:
 Los grupos de sardinas son enormes. En el mar se las distingue por varias cosas: son como una mancha obscura en el mar azulado-turquesa que se mueven. Pasamos por encima de este cardumen de sardinas como gareteando. Yo tiraba y recogía y nada. Yo y mi guía callados en la lancha sabiendo que luego de eso a enrollar y a la costa. -“Una pasada más” le digo como pidiéndole un favor.  “Bueno, vamos!” aceptó él. Tiro lo mas lejos posible y en vez de empezar a stripear enseguida dejo hundir bien, muy bien (era una línea de hundimiento extra fast de blue water).  Al segundo stripeo siento que se frena la línea de golpe, como enganche. Pensé que era una “barracuda” pero enseguida me doy cuenta de la fuerza descomunal que se empezaba a sentir en el tirón. Me le afirmo con alma y vida, casi sin correr, explota el agua del salto que dio.
Salta “EL”..... ¡“EL” tarpón de mi vida!.
 Volaban las sardinas por el aire y la poca calma que había en el mar se rompió por el estallido que hizo al salir disparado del fondo como un misil. El guía lo vio y pese a que era muy  poco “expresivo” no se contuvo gritó: “¡es enorme!; ¡Cuídalo, es de los buenos, de los gigantes!”.  En el salto se vio que era mas grande de los que ya había logrado, pero yo no estaba para cálculos de peso. Estaba extasiado. Era como ver emerger el Obelisco del mar. El guía metía presión con algunos comentarios y me dijo que ese plateado rondaba las 150 lbs. o tal vez más. Un verdadero monstruo. Lo pelié  media hora. Ya había dado los  primeros saltos esos que son los más difíciles. El guía estaba más contento que yo porque era de los más grandes que había sacado (sacaría). Con una hora, hora y media más de trabajo firme y presionando lo tendríamos.
Pero en la pesca el grande se va. Y esta no fue la excepción.
En medio de la pelea y ya con la línea (no backing) de golpe salió corriendo como loco haciendo girar el Nautilus 12 como si fuera la rueda de una Ferrari en un banco de pruebas. ¡Qué locura!. Si ponía la mano me quemaba el guante de poliéster. Al final de la corrida (no es lo que me asusta que corra) se empieza a ver que la línea se empieza a “levantar”, es decir, se va despegando del agua en dirección a la bestia: eso significaba que, o iba a “tomar aire” o a “saltar”. Lo primero es más o menos defendible, lo segundo era muy peligroso. Un salto a esa distancia es muy difícil manejar.
¿Y qué pasó?  ¡Saltó!.
Qué lindo verlo a mas de 100 metros sacudirse por los aires.
Pero con esa acrobacia que jamás olvidaré hizo que se soltara la mosca.
(¡Chau gigante. Qué gusto haberte sacado del fondo!.)
Ojalá pueda volver por ti.

Equipos:
Caña 12 y reel 12. Línea SA Blue Water de 500 grains. Para el Big.
Caña 10: para los que no sean tan Babys y otras variedades (Bonito, Barracudas grandes, ect.)
Moscas del Big: Blackdeath, atada en SP 6/0.
Para pescar Holbox escribenos a: info@flyfishingtherun.com